viernes, 9 de octubre de 2015

LA ECONOMÍA DE CUBA

LA ECONOMÍA DE CUBA

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han estado estancadas por lo menos 50 años, a partir de que la revolución armada de Fidel Castro destituyó al régimen de Fulgencio Batista en 1959.
La época de Batista se caracterizó por mantener importantes acuerdos internacionales, especialmente con EU, por lo que la expulsión del entonces mandatario provocó que ese país impusiera sanciones económicas a la isla, bloqueando las exportaciones desde 1960 y endureciendo las restricciones en 1962.
Este tiempo de embargo ha salido caro, ya que la economía estadounidense pierde 1,200 millones de dólares (mdd) en ventas y el Gobierno de Cuba desaprovecha 684 mdd cada año, según señala la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Cuba es uno de los países más grandes del Caribe, con una población de 11.2 millones de personas, y un Producto Interno Bruto (PIB) de 68,230 mdd, que se estima crece alrededor de 2.5% anualmente, según los últimos datos del Banco Mundial (BM).



La tasa de desempleo es de 4.3% y la inflación alcanza un 6%. Su deuda pública equivale al 35.9% del PIB, mientras que la externa es de 23,440 mdd.
De acuerdo con el sitio oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), el Gobierno cubano ha tenido que implementar algunas reformas en años recientes para encontrar un balance entre la debilitación de su sistema económico socialista y el deseo de mantener el control sobre la isla.
Los ciudadanos ya tienen permitido comprar aparatos electrónicos, teléfonos móviles, así como la compraventa de autos usados; además se abrieron algunos servicios minoristas para impulsar el autoempleo.
La posibilidad de tener inmuebles y la comercialización de bienes raíces también ya son permitidas, al igual que las transacciones directas de bienes producidos por agricultores privados con hoteles y otros negocios.
El Índice de Libertad Económica de 2014 señala que Cuba continúa siendo uno de los países menos autónomos en este aspecto debido al deterioro de su libre comercio, el aspecto fiscal y monetario. Además de que todavía mantiene al sector privado bajo regulacionesestatal.
Uno de los principales sectores que componen el PIB de Cuba es el de servicios, que equivale al 73.9% y es uno de los que acapara la mayor fuerza laboral, con el 63.2%, de acuerdo con la CIA. Le sigue la división industrial que incluye hidrocarburos, farmacéutico, tabaco, construcción y maquinaria para agricultura, con el 22.3% del PIB.
La agricultura, con 3.8% del PIB, también es otro de los sectores clave al producir bienes de alta demanda como azúcar, tabaco, café y arroz.
De acuerdo con el Reporte de Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el intercambio comercial internacional de Cuba representa el 38.5% de su PIB y sus exportaciones alcanzan un valor de 6,252 mdd, según datos de 2013.



La isla caribeña principalmente exporta petróleo, níquel, productos médicos, azúcar, tabaco, pescado y café. Sus primordiales socios tanto en transacciones foráneas como importaciones son Canadá, China, Venezuela, Holanda, España y Brasil.

La CIA indica que las importaciones equivalen a 13,600 mdd y son especialmente de petróleo, comida, maquinaria en general y químicos. Con Venezuela mantiene un acuerdo preferente por el hidrocarburo que en parte paga con trabajadores cubanos en el país bolivariano que incluye alrededor de 30,000 especialistas en medicina.

“Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo.”- Fidel Castro


COMENTARIO
La economía cubana actual no puede definirse como “socialista” en el sentido marxista de la palabra, esto se queda más bien en la retórica del sistema. Cuba sin embargo si conserva políticas de corte social, poco comunes en el mundo sub-desarrollado, dignos de conservarse además de una independencia política forjada a través de siglos de lucha anti-imperialista, y esto sí que no es simple retórica. En este sentido hay conquistas en Cuba que merecen se conservadas, sin embargo la única forma de que soporten los cambios por venir es que la gente se sienta participe del sistema en una mayor grado de lo que lo es en la actualidad.
Esto solo podrá conseguirlo aumentando y mejorando los cauces de participación política y promoviendo la autocrítica al sistema, prácticamente inexistente. Las desigualdades regionales adolecen de la excesiva planificación y rigidez del estado que también causa inconveniencias a la población. La desmotivación del sistema productivo natural de las economías de Estado probablemente mejoraría con la entrada del capitalismo salvaje, en perjuicio de los trabajadores por supuesto. Podría, sin embargo, buscarse con un poco de autocrítica, otras vías como el fomento del cooperativismo y el trabajo autónomo, haciendo al obrero más identificado con la producción.



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